Me he encontrado con este vergonzoso animalillo en el huerto, detrás de casa. Algo que roza lo increíble porque mi huerto, es un huerto urbano escondido entre cemento y cemento, uno de esos paseos fluviales para disfrute de chandalistas y una vieja nave de taller en desuso. No sé cómo ha podido llegar hasta aquí y tener la desgracia de pillarse el pie en una trampa para ratones, de esas de cebo permanente. Una de las posibilidades que se me ha pasado por la cabeza es que alguien lo haya dejado, pero tampoco me encaja la pieza. Lo metí en una caja y consulté en internete lo necesario para ser un buen anfitrión. Un poco de agua, algo de pollo cocido y 12 caracoles más tarde se marchó sin decir adiós. Supongo que nos volveremos a encontrar.
Qué envidia... yo también quiero uno¡ dicen que son muy buenos para el huerto. En la red hay planos para construir un refugio-nido. Si quieres yo tengo alguno, solo pídelo.
ResponderEliminarSon muy bonitos, además de estar, si no me equivoco, en peligro de extinción.
Me alegro por tu visitante. Espero que no te vaya a dejar para siempre.
Saludos
PD: Y bonita foto...
ResponderEliminarSi uno de los enemigos de tu huerto son los caracoles, sin duda es un gran aliado, aunque creo que las gallinas echarán de menos sus aperitivos de proteína preferidas. Los caracoles abundan, son casi plaga, y últimamente no veo ni uno, así que supongo que aun no se ha marchado.
ResponderEliminarGracias por el ofrecimiento, pero lo dejaré a su aire, creo que es lo mejor.
Tampoco te lo puedo asegurar, están protegidos, pero creo que no están en peligro de extinción.
Saluz!