Me he encontrado con este vergonzoso animalillo en el huerto, detrás de casa. Algo que roza lo increíble porque mi huerto, es un huerto urbano escondido entre cemento y cemento, uno de esos paseos fluviales para disfrute de chandalistas y una vieja nave de taller en desuso. No sé cómo ha podido llegar hasta aquí y tener la desgracia de pillarse el pie en una trampa para ratones, de esas de cebo permanente. Una de las posibilidades que se me ha pasado por la cabeza es que alguien lo haya dejado, pero tampoco me encaja la pieza. Lo metí en una caja y consulté en internete lo necesario para ser un buen anfitrión. Un poco de agua, algo de pollo cocido y 12 caracoles más tarde se marchó sin decir adiós. Supongo que nos volveremos a encontrar.
jueves, 29 de agosto de 2013
lunes, 26 de agosto de 2013
jueves, 22 de agosto de 2013
viernes, 16 de agosto de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)